Ultimamente he recibido un par de e-mails preocupados por el tono excesivamente pesimista que ha adquirido el blog. No descarto publicarlos y responderlos como Dios manda pero, de momento, me gustaría aclarar a todos los lectores que lo que yo pretendo transmitir desde estas líneas no es pesimismo, sino inconformismo. Se supone que cuando uno escucha (o lee) mucho tiempo a un pesimista acaba, directamente, por tener ganas de pegarse un tiro (conviene dejar de leerlo antes de que esto ocurra, claro está). En cambio, cuando escuchas a un inconformista te deberían entrar ganas de actuar y mejorar las cosas. Si el lector no es capaz de captar la diferencia en este blog, está claro que no soy demasiado buen comunicador; aunque también es posible que mis últimos escritos se hayan visto influenciados por mi actual estado de ánimo con respecto a todo lo que rodea el FC Cartagena...