A pesar de cubrir bien las bajas en defensa, del tiro al palo, y de los buenos momentos que ha podido tener el Cartagena durante el primer tiempo, lo cierto es que el toro de hoy era bien difícil. El Efesé eligió jugar el balón desde atrás, como viene haciéndolo siempre, pero eso parecía una temeridad teniendo delante a gente como Farinós, Tiago o el incansable Delibasic, que roban con facilidad y te crean una oportunidad en cuestión de segundos. Valiente el Cartagena, por ser fiel a su propuesta, pero desacertado ante un Hércules que huele a primera.
El caso es que no se puede decir que el Cartagena haya hecho un mal partido. Aún no siendo el equipo que desarbolaba a los rivales a principio de temporada; aún teniendo los problemas de la baja de futbolistas importantes, hemos tenido nuestras opciones. Lástima que eso no sea suficiente para sacar algo del Rico Pérez. Atrás, que era donde sabíamos que podían venir los problemas, se ha cumplido bastante bien. Herrero no ha desentonado; Txiki le ha ganado la partida a Rufete en banda izquierda incluso cojeando por la infiltración; Pablo Ruíz ha estado excelente, como siempre; y Unai quizás haya sido el más flojo. El gran obstáculo del Cartagena hoy, no obstante, ha sido un Hércules que tenía muy bien estudiado el partido y no ha dejado que el Efesé se sintiera cómodo sacando el balón jugado y dando esos tres o cuatro pases seguidos que te hacen coger confianza. Longás ha estado muy bien marcado, desaparecido; y si Longás está desaparecido, el Cartagena está desaparecido.
No pasa nada. Queda mucha liga y quizás, lo digo con la boca pequeña, sea el momento de empezar a exigirle a Paco Gómez un pequeño esfuerzo. Hoy, en Alicante (en la grada, en la prensa, etc), todo eran elogios hacia la afición del Cartagena por el gran número que se ha desplazado desde nuestra ciudad. Se podía haber hecho más ruido pero ahí se está en cada partido. Seguramente seamos el equipo de toda la categoría que más aficionados esté desplazando a campos rivales. Por otro lado, los 8,500 abonos no son poca cosa. Y eso que Paco Gómez, en lo que, para mí, es una decisión desacertada, se ha empeñado en que no sean más no reabriendo la campaña de nuevo en invierno.
La afición, por lo tanto, está cumpliendo. Los jugadores también. Lo que no se le puede exigir a una plantilla que ha costado 5,5 millones de Euros es que gane a un Hércules que dobla esa cifra, tiene a todos sus jugadores disponibles y a la afición enchufada. Se les puede exigir que corran, luchen y hagan lo que han hecho hoy, pero no más.
En fin, queda mucho. Insisto, gracias a todos los que han venido hoy a Alicante y han poblado la grada mundialista por hacernos sentir orgullosos al resto de cartageneros que estábamos desperdigados por el Rico Pérez o no han podido viajar. A pensar en el Recre y aplaudir al héroe de Alcoy hasta que nos sangren las manos, demostrando lo mucho que está creciendo esta afición.
El caso es que no se puede decir que el Cartagena haya hecho un mal partido. Aún no siendo el equipo que desarbolaba a los rivales a principio de temporada; aún teniendo los problemas de la baja de futbolistas importantes, hemos tenido nuestras opciones. Lástima que eso no sea suficiente para sacar algo del Rico Pérez. Atrás, que era donde sabíamos que podían venir los problemas, se ha cumplido bastante bien. Herrero no ha desentonado; Txiki le ha ganado la partida a Rufete en banda izquierda incluso cojeando por la infiltración; Pablo Ruíz ha estado excelente, como siempre; y Unai quizás haya sido el más flojo. El gran obstáculo del Cartagena hoy, no obstante, ha sido un Hércules que tenía muy bien estudiado el partido y no ha dejado que el Efesé se sintiera cómodo sacando el balón jugado y dando esos tres o cuatro pases seguidos que te hacen coger confianza. Longás ha estado muy bien marcado, desaparecido; y si Longás está desaparecido, el Cartagena está desaparecido.
No pasa nada. Queda mucha liga y quizás, lo digo con la boca pequeña, sea el momento de empezar a exigirle a Paco Gómez un pequeño esfuerzo. Hoy, en Alicante (en la grada, en la prensa, etc), todo eran elogios hacia la afición del Cartagena por el gran número que se ha desplazado desde nuestra ciudad. Se podía haber hecho más ruido pero ahí se está en cada partido. Seguramente seamos el equipo de toda la categoría que más aficionados esté desplazando a campos rivales. Por otro lado, los 8,500 abonos no son poca cosa. Y eso que Paco Gómez, en lo que, para mí, es una decisión desacertada, se ha empeñado en que no sean más no reabriendo la campaña de nuevo en invierno.
La afición, por lo tanto, está cumpliendo. Los jugadores también. Lo que no se le puede exigir a una plantilla que ha costado 5,5 millones de Euros es que gane a un Hércules que dobla esa cifra, tiene a todos sus jugadores disponibles y a la afición enchufada. Se les puede exigir que corran, luchen y hagan lo que han hecho hoy, pero no más.
En fin, queda mucho. Insisto, gracias a todos los que han venido hoy a Alicante y han poblado la grada mundialista por hacernos sentir orgullosos al resto de cartageneros que estábamos desperdigados por el Rico Pérez o no han podido viajar. A pensar en el Recre y aplaudir al héroe de Alcoy hasta que nos sangren las manos, demostrando lo mucho que está creciendo esta afición.
