domingo, 10 de mayo de 2009

Tensa espera

El 5-1 al cándido Villa Santa Brígida, cuya indumentaria ha tenido que prestarle el FC Cartagena, lo que ha provocado no pocas bromas entre la afisión, habida cuenta de que las camisetas llevaban impresos los nombres de los jugadores del Cartagena que hoy parecían estar en el campo por partida doble; el 5-1 al Santa Brígida, digo, ha cerrado una temporada regular (en su acepción de corriente, que no de mediocre) en la que el Cartagena ha sido por méritos propios (y algún demérito de los rivales) justo Campeón del Grupo II. Pero hoy, cualquier post dedicado al Cartagena tiene una esperanza de vida bastante corta, más concretamente hasta mañana por la tarde, cuando se sepa el rival al que habremos de enfrentarnos en la promoción.

Por un lado, el de la cabeza, pienso que hemos de ser prudentes, hacer un ejercicio de honestidad y reconocer que tardaremos mucho en vernos en otra igual. Quiero decir que, sin quitar mérito al trabajo realizado por técnicos y jugadores del Efesé, la composición de este Grupo II va a ser difícil que vuelva a repetirse y, probablemente, canarios, extremeños, murcianos y madrileños tarden mucho en volver a coincidir conformando, de este modo, un grupo en el que es algo más asequible, al menos en mi opinión, quedar primeros. Además, el Cartagena ha resultado encuadrado en el mismo justamente cuando eso -quedar primero- tiene un reconocimiento especial por parte de la Federación en forma de doble oportunidad para ascender. En consecuencia, me parece que si ahora el Cartagena tiene excelentes pronunciamientos a su favor para lograr el objetivo no ha sido tanto por tratarse de un equipo invencible, como por las felices circunstancias que le han llevado, entre otras cosas, a proclamarse tuerto en un país de ciegos. Esto, como digo, debe conducirnos necesariamente a la prudencia.

Por otro lado, el del corazón, me da por pensar que, en el fondo, da igual el grupo y el puesto en el que se haya quedado porque a partir de ahora empieza otra historia totalmente distinta; una historia en la que las sensaciones, tras este tramo final de liga, son inmejorables. Esto me lleva a ser optimista porque, como ya he explicado otras veces, tras muchos años viendo fútbol (y viviendo decepciones) me he convencido de que aspectos como el ambiente o la mentalidad con la que jugadores, técnicos y afición afrontan este tipo de desafíos son capaces de ganar partidos y juegan un papel tan fundamental como el de la calidad de los propios futbolistas. En este sentido creo que nunca antes (ni siquiera con el Córdoba o el Vecindario) ha llegado todo el mundo tan enchufado como se está viendo ahora.

Por eso, también, creo que lo de menos es el rival que toque mañana. Egoístamente me gustaría el Alcoyano, que me pilla a 30 kilómetros de casa y es un equipo al que le tengo especial simpatía. Reconozco, eso sí, que subir por la puerta grande, ganándole al Cádiz, sería algo digno de recordarse. Pero ya digo que da igual pues que la historia nos ha demostrado que se puede ganar y perder en estadios grandes, campos pequeños, contra equipos históricos, contra equipos de tres al cuarto, en casa, fuera y teniendo enfrente aficiones numerosas y combativas, o escasas y pacíficas.

Así que, toque lo que toque, lo importante es prepararse para lo que viene y, sobre todo, disfrutar con la exaltación de los colores blanquinegros y las anécdotas dignas de recordarse que, a buen seguro, tendremos oportunidad de vivir los próximos días. Aupa Efesé.


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