jueves, 4 de junio de 2009

¿Mal síntoma?

Leo en La Verdad que, finalmente, Paco Jémez no seguirá siendo nuestro entrenador la próxima temporada. Desconozco -lo advierto desde ya- los motivos del desentendimiento entre el Presidente del Efesé y el técnico que nos ha llevado, por fin, a la división de plata pero, puestos a elucubrar, y teniendo en cuenta las manifestaciones de Jémez hace unos días en ese mismo rotativo, en las que aseguraba que lo más importante para su continuidad era obtener el compromiso de que el club se iba a profesionalizar, espero que nadie me culpe del terrible miedo que me asalta.

“(..) quiero que queden claras otras cosas antes de empezar la temporada, como los médicos, el material, la infraestructura y los campos de entrenamiento, que para mí son también muy importantes. Además, me tienen que decir qué objetivos buscaremos. Pueden parecer tonterías, pero no lo son. Si no se dejan estas cosas cerradas, luego, durante la temporada, pueden llegar los malentendidos y los problemas. El club está en Segunda A y tiene que profesionalizarse en muchas cosas. Yo soy serio y me gusta que todo se mueva a nivel profesional. Es más, siga yo o no, el Cartagena no tiene más remedio que profesionalizarse cuanto antes”


Leyendo estas frases de Jémez, en las que pone tanto énfasis en la necesidad de cambiar el modo en el que se trabaja en la entidad blanquinegra, y dispuesto, como estoy, a concederles cierta credibilidad, dos pensamientos traspasan, a bote pronto, mi sesera: El primero es que hemos subido “a pesar de” no ser un club serio ni profesional. El segundo, que se deriva directamente de la no continuidad de Jémez, es que el compromiso para cambiar esto, finalmente, no se ha producido y, por lo tanto, tenemos todas las papeletas para seguir siendo un club de chichinabo en un entorno de clubes profesionalizados; lo que daría, irremediablemente, más tarde o más temprano, con nuestros huesos en segunda b. También Amaral exigió en su momento ciertas condiciones, no económicas, para seguir desempeñando su trabajo en el Cartagena y no tuvo más remedio que marcharse.

Pienso que el mayor peligro que acecha ahora mismo al cartagenerismo es inferir que, si hemos ascendido, es que las cosas se han hecho bien y, por lo tanto, hay que insistir en esa forma de trabajar que tan buenos resultados nos ha dado. No nos engañemos. Si se ha conseguido el anhelado premio del ascenso no es porque las cosas se hayan hecho mejor que en otras muchas ocasiones. A lo sumo se han hecho igual de mal o regular. ¿Había este año mejor equipo que otras temporadas? No. Como dice mi amigo Andrés: “yo el año de Juan Ignacio veía al equipo empezar a jugar la pelota desde la portería, tocarla veinticuatro veces sin que la oliese el contrario y acabar marcando un golazo. Este año sólo veo pelotazos”. ¿Es mejor entrenador Jémez que Juan Ignacio o que el propio Amaral? Ni por asomo. ¿Se ha trabajado en el club de manera muy distinta, o menos caciquil, que en años anteriores? Exceptuando el buen hacer, me cuentan, de la Gerencia, sospecho que no. Concluyamos pues, que el ascenso no ha sido producto de un refinamiento en la forma de dirigir al Efesé sino, más bien, de la alegre coincidencia de militar en un grupo facilón, justo el año en el que, para colmo, se ha cambiado el sistema de ascenso. Todo ello unido al buen comportamiento de la afisión y a esa dosis de suerte, reconocido por todo el mundo, que nos ha faltado en otras ocasiones, ha provocado que el sueño se haya hecho realidad.

Ahora bien, sea como fuere, el hecho es que se ha ascendido y ahora mismo el Efesé tiene todos los pronunciamientos a su favor para consolidarse en Segunda y cambiar, para siempre, su negra biografía. Sin duda, hay que felicitar a Paco Gómez y agradecerle su empeño en llevarnos al fútbol profesional. De necios sería el obviarlo hasta en quien como yo, tanto ha criticado su gestión. Pero, igualmente, hay que exigirle que no desaproveche tan magnífica oportunidad; debemos decidir si hemos venido de vacaciones, a ver al Betis y la Real Sociedad, o a quedarnos definitivamente. Si es lo primero, perfecto. Podemos continuar como hasta ahora. Pero si es lo segundo, muchas cosas habrán de cambiar en el Efesé con independencia de quien sea el entrenador la próxima temporada y (con independencia también) de si el motivo por el que no continua Jémez es el comentado en estas líneas o el puramente económico.


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