Eso es lo que siente uno cuando ve lo que ha visto esta tarde. Y tristeza; tristeza por ver a gente llorar a lágrima viva, no ya de desconsuelo, sino de impotencia al presenciar el atraco perpetrado por un hombre, Vitienes, que no pudo con un partido que le vino grande, si bien quiero pensar que sí podía con su conciencia.
¿Que el Cartagena ha cometido fallos? Sí, y el Levante. Pero hoy el Efesé ha hecho un partidazo en líneas generales. Ha salido mal, ha encajado el gol, pero le ha tomado el pulso al partido bien rápido y ha remontado el 0-1 poniendo contra las cuerdas a un Levante al que a punto estuvo de noquear Quique De Lucas si no llega a desvíar el portero a corner al filo del descanso. Por cierto que Teixeira ni siquiera dejó que sacáramos el corner, como avisándonos de lo que nos esperaba en la segunda mitad
Reanudación y Txiki, con su segunda amarilla, injusta a todas luces (si deja ventaja es que no corta el pase, y si no corta el pase no es amarilla), provoca que el equipo se descomponga al quedarse con diez, pero no mucho. Etxeita en el lateral y Mariano en el centro de la defensa aguantan bien el tirón. Toché y el Lobo siguen siendo los primeros defensores del equipo y el Levante no está cómodo aún. Pero entonces Juan Ignacio, que había acertado con el planteamiento inicial, decide que eso es un suicidio, que tiene que quitar al Lobo y cubrir el lateral con Clavero mandándole al equipo un mensaje letal: hay que echarse atrás. Entran las dudas, el equipo sufre, Cygan y Falcón se enzarzan en una discusión estúpida por quítame allá ese marcaje. Teixeira Vitienes hizo el resto. No dejó que el Cartagena ganara ni un solo balón dividido sin pitarle falta, lo asfixió, y le brindó el partido en bandeja a un Levante que lo de menos es que marcara alguno de sus cuatro goles en quince minutos de manera ilegal.
El Cartagena se fue de un partido que tenía controlado e iba ganando. Se desquició. En parte por sus errores, sí, pero sobre todo por culpa de un árbitro cuya labor ha sido bochornosa. Por momentos le daban a uno ganas de que Paco Gómez hiciera la de Fahid Al Ahmad en el Mundial de España con Kuwait, bajara al césped y mandara al equipo retirarse, con un par. Y que les den a todos.
Pero eso no se puede, claro. No está bien visto y tal. Es mejor, o políticamente más correcto, decir que hay que pensar en Córdoba, que quedan cuatro partidos y que, después de todo, aunque no se ascienda, lo que estamos viviendo este año es un auténtico regalo. Y un cuerno. A mí no me consuela, y eso que las he visto ya de todos los colores. Lo de hoy ha sido un robo y no me resigno a no decirlo bien alto. La pena es que todo el mundo lo haga (resignarse) y así (de bien) les siga luciendo el pelo a estos cánceres del fútbol que son los árbitros. Basta ya, por favor. Flaco favor hacemos todos pasando página tan fácilmente con esta auténtica gentuza.
Paro ya. Estoy muy jodido y triste ¿no se nota? Pues eso. Estos jugadores tienen unos cojones como el caballo de Espartero, me he emocionado oyendo a la gente vitorearlos a pesar de la derrota pero, qué queréis que os diga, hoy es uno de esos días en los que el fútbol, tal y como está montado, da asco.
¿Que el Cartagena ha cometido fallos? Sí, y el Levante. Pero hoy el Efesé ha hecho un partidazo en líneas generales. Ha salido mal, ha encajado el gol, pero le ha tomado el pulso al partido bien rápido y ha remontado el 0-1 poniendo contra las cuerdas a un Levante al que a punto estuvo de noquear Quique De Lucas si no llega a desvíar el portero a corner al filo del descanso. Por cierto que Teixeira ni siquiera dejó que sacáramos el corner, como avisándonos de lo que nos esperaba en la segunda mitad
Reanudación y Txiki, con su segunda amarilla, injusta a todas luces (si deja ventaja es que no corta el pase, y si no corta el pase no es amarilla), provoca que el equipo se descomponga al quedarse con diez, pero no mucho. Etxeita en el lateral y Mariano en el centro de la defensa aguantan bien el tirón. Toché y el Lobo siguen siendo los primeros defensores del equipo y el Levante no está cómodo aún. Pero entonces Juan Ignacio, que había acertado con el planteamiento inicial, decide que eso es un suicidio, que tiene que quitar al Lobo y cubrir el lateral con Clavero mandándole al equipo un mensaje letal: hay que echarse atrás. Entran las dudas, el equipo sufre, Cygan y Falcón se enzarzan en una discusión estúpida por quítame allá ese marcaje. Teixeira Vitienes hizo el resto. No dejó que el Cartagena ganara ni un solo balón dividido sin pitarle falta, lo asfixió, y le brindó el partido en bandeja a un Levante que lo de menos es que marcara alguno de sus cuatro goles en quince minutos de manera ilegal.
El Cartagena se fue de un partido que tenía controlado e iba ganando. Se desquició. En parte por sus errores, sí, pero sobre todo por culpa de un árbitro cuya labor ha sido bochornosa. Por momentos le daban a uno ganas de que Paco Gómez hiciera la de Fahid Al Ahmad en el Mundial de España con Kuwait, bajara al césped y mandara al equipo retirarse, con un par. Y que les den a todos.
Pero eso no se puede, claro. No está bien visto y tal. Es mejor, o políticamente más correcto, decir que hay que pensar en Córdoba, que quedan cuatro partidos y que, después de todo, aunque no se ascienda, lo que estamos viviendo este año es un auténtico regalo. Y un cuerno. A mí no me consuela, y eso que las he visto ya de todos los colores. Lo de hoy ha sido un robo y no me resigno a no decirlo bien alto. La pena es que todo el mundo lo haga (resignarse) y así (de bien) les siga luciendo el pelo a estos cánceres del fútbol que son los árbitros. Basta ya, por favor. Flaco favor hacemos todos pasando página tan fácilmente con esta auténtica gentuza.
Paro ya. Estoy muy jodido y triste ¿no se nota? Pues eso. Estos jugadores tienen unos cojones como el caballo de Espartero, me he emocionado oyendo a la gente vitorearlos a pesar de la derrota pero, qué queréis que os diga, hoy es uno de esos días en los que el fútbol, tal y como está montado, da asco.