Si lo de Torrecilla y Amaral allá por el mes de enero supuso un terremoto en toda regla en el seno del FC Cartagena, la reciente salida (por la puerta de atrás) de Antonio Alcaraz (delegado) y Pedro Arango (segundo entrenador) de la entidad blanquinegra podría calificarse de seísmo moderado. En cualquier caso, se trata de un nuevo temblor que pone de manifiesto que el FC Cartagena sigue siendo una "casa de los líos" (por no hablar de otro tipo de casa...) en la que difícilmente se logrará llegar a buen puerto mientras no se larguen los protagonistas principales (y no sólo los secundarios).
Desconozco qué "trajines" se llevaban estos dos y si existe alguien que verdaderamente pueda presumir de llevar la razón en el enfrentamiento que, según el propio Club, ambos mantenían desde hace tiempo, y por el cual han sido cesados. Sí sé, por lo que ha salido publicado y por los rumores que me han llegado, que la forma en la que han llevado sus diferencias no parece ser de lo más elegante ni profesional y, barrunto, que en este tema se ha pensado mucho más en el bien propio (para variar) que en el bien de la entidad.
Cuando se leen cosas como que uno malmetía sobre el otro en el vestuario (se conoce que para ganar el favor de los jugadores y el entrenador) o que, incluso, llegaron a reprocharse asuntos de índole familiar, se termina, ciertamente, por no saber si se está leyendo información deportiva o la prensa del corazón. Además, confieso que me maravilla (aunque no me sorprende) que se puedan llegar a producir este tipo de filtraciones en un Club que aspira a ser medio serio. Sólo ha faltado que trascendiera lo que dijo uno sobre la prima del otro (o viceversa) para acabar de satisfacer el voraz apetito de los aficionados más "tomateros" (y terminar de hundir, de paso, a los que anhelamos que este Club sea otra cosa).
Por cierto, se dice que las situaciones de mayor tensión se vivían en los desplazamientos, concentraciones etc... Además, tanto los enemigos de uno como los del otro, acusan al contrario de no contribuir especialmente a reforzar la imagen de equipo señor que el FC Cartagena debería dejar allí por donde pasa. ¿Será posible que a partir de ahora el equipo comience a cosechar victorias lejos de su feudo?
En fin, a mí todo esto me da pena. Yo supongo que ninguno será tan bueno ni el otro tan malo y que, realmente, lo único reprochable, como digo, es la poca profesionalidad que se ha demostrado en todo este asunto. Así las cosas la decisión del Club de cortar por lo sano no me parece del todo desacertada aunque, desconfiado como soy, me da por preguntarme si Paco Gómez no tendría ya enfilado a alguno de los protagonistas desde hace algún tiempo, y la excusa de la riña le ha venido de perlas para quitárselo de en medio...
