Leo en el diario La Verdad el siguiente guiño al entrenador del FC Cartagena tras la derrota en Mazarrón:
"Para un entrenador debe ser muy frustrante pasarse toda la semana hablando de lo mismo, advirtiendo de los mismos peligros a sus jugadores en cada entrenamiento y charla antes del partido, y que el domingo ocurra en el campo justo lo que él advirtió que podía pasar. Y así (frustrado) es como debe sentirse en estos momentos el técnico del Cartagena, Fran Alcoy..."
Es decir, el periodista en cuestión empieza por ponerse descaradamente del lado del entrenador y nos explica lo "frustrante" que debe ser para el "pobretico" Alcoy no ver recompensado su gran esfuerzo y dedicación durante la semana por culpa del mal trabajo de los futbolistas. Dicho de otro modo, se nos trata de convencer de que el entrenador lo ha hecho todo bien pero los inútiles de los jugadores (bien sea por falta de compromiso o porque no saben más) no dan una a derechas; y, claro, así no hay quien pueda.
A continuación leemos lo siguiente:
"...(Fran Alcoy) tuvo que digerir muy mal, casi avergonzado, -al igual que los 300 valientes que quisieron acompañar al Efesé en el incómodo campo del Mazarrón- el flojísimo partido que completaron sus jugadores."
Aquí observamos como, en un acto propio del maniqueísmo más pueril, el periodista se vale del lenguaje (pervirtiéndolo) y sitúa interesada y artificialmente en el mismo plano al entrenador y los aficionados ("ambos se sintieron casi avergonzados") con la esperanza, quizás, de que estos últimos se sientan un poco más identificados con Alcoy y desarrollen cierta empatía y comprensión hacia su trabajo al leer el artículo. Por si esto no fuera suficiente, acto seguido no se duda en regalar el oído de esos mismos aficionados llamándolos "valientes" y haciendo mención a las "incomodidades" que tuvieron que padecer en un campo en tan malas condiciones. Supongo que nuestro hábil columnista pretende así ganarse el favor de esos sufridos seguidores acercándolos con "palabras bonicas", y de manera tan poco sutil, a su muy particular línea de pensamiento.
Para rematar el párrafo, y por si todavía estuviéramos tentados de pensar que, a lo mejor, el entrenador también tuvo algo de culpa en la derrota, se nos recuerda que el "flojísimo partido lo completaron sus jugadores".
Y ya por último leemos:
"No le gusta a Alcoy que se mezclen temporadas, pero es inevitable hacerlo, ya que de los once jugadores que ayer saltaron al césped, nueve estaban en el equipo del pasado año"
Que traducido viene a querer decir:
"Alcoy, en su eterna sabiduría, humildad y modestia, no quiere recordar que con otros entrenadores estos mismos jugadores también pifiaban fuera de casa y que, por lo tanto, él no tiene la culpa del bajo rendimiento que ofrece el equipo lejos del Cartagonova; pero yo no tengo más remedio que ser fiel a la verdad y exonerarle de toda responsabilidad ante los ojos de la opinión pública".
Hace bien Alcoy en no querer mezclar temporadas. Sobre todo cuando resulta que hace un par de ellas (y en dos ocasiones distintas) casi nos manda a tercera con las mismas plantillas que luego sí rindieron a las órdenes de Balaguer y Juan Ignacio respectivamente. Algo que, sin embargo, se le olvida comentar al autor del citado artículo.
En fin. A mí me da igual lo que piense cada uno y con quien se junte. De hecho no he dicho nada cuando este mismo periódico ha vertido opiniones muy contrarias a las mías pero razonablemente argumentadas. Eso sí, lo que no soporto es que se nos tome a todos por imbéciles y se recurra a ardides más propios del Propagandaministerium que de un simple periódico local (en su sección de deportes) para influir en la opinión pública y predisponerla con malas artes en contra o a favor de nadie.
Pero no queda ahí la cosa. En sorprendente sintonía con todo lo anterior, leemos unas declaraciones del presidente, Paco Gómez, en el diario El Faro de las que hoy (martes) se hace eco el diario La Verdad:
"Paco Gómez se fue avergonzado" (otro que tal). "El presidente albinegro cree que hay que darle un cambio al equipo que “da verguenza fuera de casa y la culpa es de todos, no ha habido juego”. Para Gómez "el entrenador no tiene culpa porque no juega" y seguirá confiando en él y "los jugadores estaban más centrados en las fiestas que en el Mazarrón".
No sé a vosotros pero a mí me resulta difícil encontrar dos frases seguidas y tan contradictorias como "la culpa es de todos" y (acto seguido) "el entrenador no tiene culpa". Sin embargo a ningún periodista parece merecerle opinión alguna esta evidente contradicción. Quizás no consideren importante o digno de análisis el que este tío nos tome a todos por gilipollas. Total, como ellos también lo hacen... Es más fácil (y sale más rentable) darle leña a los jugadores y subrayar sólo la parte que les interesa de las declaraciones del Presidente: está enfadado porque los jugadores "salen de fiesta". Aparte de venderse mejor, ese titular sirve para desviar la atención del verdadero origen del problema en cuyo análisis, desde luego, sería mucho más farragoso y comprometido meterse. No está la cosa para bromas.
Resumiendo y según la prensa local:
Pregunta: ¿Quiénes son los buenos y se encuentran avergonzados?
Respuesta: Alcoy, los aficionados y el Presidente
Pregunta: ¿Por culpa de quién se encuentran avergonzados?
Respuesta: Por culpa de los jugadores que salen de fiesta y luego juegan muy mal.
Pues nada, los jugadores ya saben lo que hay. Tienen en contra a Alcoy, a la prensa, al Presidente y, de paso, a algunos aficionados (entre los que se encuentran los que se tragan todo lo que dicen los periódicos y algunas tertulias deportivas). Yo no les negaré su parte de responsabilidad (que para eso son los que juegan) pero, honestamente, pienso que son más víctimas que verdugos del circo que hay montado alrededor del FC Cartagena; un club donde lo realmente frustrante no es ser entrenador, sino ser aficionado y tener que aguantar a un montón de incompetentes a los que toda la prensa les baila el agua.