Tras tres jornadas disputadas en la División de Plata el Efesé, ahora sí, es líder en solitario por delante de otros 21 equipos, muchos de ellos de renombre. Es para mirar la clasificación una y otra vez y no creerlo. Nuestro equipo, 21 años inmerso en un lodazal de descensos, ascensos frustrados y desapariciones, saca pecho y presenta su candidatura, como ya dije en este blog, a equipo revelación de la temporada.
Mas no hay que olvidar que todo esto es anecdótico. Las críticas vertidas por muchos aficionados durante las últimas 24 horas, apaciguadas hoy por la contundencia del liderato, deben servir para advertirnos a todos de nuestra condición de tigre de papel, gigante con pies de barro, o cualquier otra metáfora que se quiera emplear. Un mal resultado, una actuación desafortunada de uno de nuestros jugadores, puede convertir la euforia y el optimismo que hoy nos embarga, y que ha sido decisivo para ganar a algunos rivales, en críticas despiadadas que sirvan, justamente, para todo lo contrario.
El papel de la afición, la actitud del entorno, es fundamental y JIM lo sabe. De ahí los continuos llamamientos a la calma y la prudencia de entrenador y jugadores; nadie quiere que desaparezca ese clima de positivismo con el que todos estamos tan a gusto. Pero en Cartagena somos muy especiales. Recien ascendidos y ya nos creemos con derecho a exigir que el equipo golee en un campo donde, por ejemplo, el Real Madrid solo pudo empatar el año pasado.
Esto no quiere decir, claro está, que en la medida de las posibilidades del equipo, no haya que ser exigentes. Ayer, es cierto que, en momentos puntuales, dió la sensación de que pudo hacerse algo más, y de que se escaparon tres puntos que parecían dirigirse a nuestro zurrón tras los excepcionales primeros minutos del equipo y la ventaja de cero a uno en el marcador. Los primeros conscientes de ello son los jugadores y el entrenador. Pero pienso que se debería ser algo más condescendiente con un equipo totalmente nuevo, que encima viene de novato a la categoría.
Existe una secreta y peligrosa creencia que se halla latente en el fondo de aquellos que llevamos tanto padecido con este equipo. Esta no es otra que la sensación de que el fútbol nos debe tantas cosas que, tal vez, haya comenzado una era en la que podamos empezar a cobrárnoslo; que, al igual que le sucedió a la selección española con los cuartos de final, que una vez pasados, fue capaz de todo, quizás al Efesé le ocurra otro tanto y, una vez ascendidos a Segunda, no tengamos techo. Pero no funciona así la cosa. La cruda realidad es que el fútbol, como la vida, es caprichoso, y no tendría nada de particular que, tras este fenomenal inicio, nos acabara devolviendo a segunda b este mismo año si no andamos lo suficientemente listos. Conviene tenerlo en cuenta a la hora de formular determinadas sentencias.
Por el momento disfrutemos del liderato. A día de hoy, estamos en el mejor momento en la historia del Cartagena. Y eso tampoco hay que olvidarlo. El próximo sábado a por los 15000. Pásalo.
Mas no hay que olvidar que todo esto es anecdótico. Las críticas vertidas por muchos aficionados durante las últimas 24 horas, apaciguadas hoy por la contundencia del liderato, deben servir para advertirnos a todos de nuestra condición de tigre de papel, gigante con pies de barro, o cualquier otra metáfora que se quiera emplear. Un mal resultado, una actuación desafortunada de uno de nuestros jugadores, puede convertir la euforia y el optimismo que hoy nos embarga, y que ha sido decisivo para ganar a algunos rivales, en críticas despiadadas que sirvan, justamente, para todo lo contrario.
El papel de la afición, la actitud del entorno, es fundamental y JIM lo sabe. De ahí los continuos llamamientos a la calma y la prudencia de entrenador y jugadores; nadie quiere que desaparezca ese clima de positivismo con el que todos estamos tan a gusto. Pero en Cartagena somos muy especiales. Recien ascendidos y ya nos creemos con derecho a exigir que el equipo golee en un campo donde, por ejemplo, el Real Madrid solo pudo empatar el año pasado.
Esto no quiere decir, claro está, que en la medida de las posibilidades del equipo, no haya que ser exigentes. Ayer, es cierto que, en momentos puntuales, dió la sensación de que pudo hacerse algo más, y de que se escaparon tres puntos que parecían dirigirse a nuestro zurrón tras los excepcionales primeros minutos del equipo y la ventaja de cero a uno en el marcador. Los primeros conscientes de ello son los jugadores y el entrenador. Pero pienso que se debería ser algo más condescendiente con un equipo totalmente nuevo, que encima viene de novato a la categoría.
Existe una secreta y peligrosa creencia que se halla latente en el fondo de aquellos que llevamos tanto padecido con este equipo. Esta no es otra que la sensación de que el fútbol nos debe tantas cosas que, tal vez, haya comenzado una era en la que podamos empezar a cobrárnoslo; que, al igual que le sucedió a la selección española con los cuartos de final, que una vez pasados, fue capaz de todo, quizás al Efesé le ocurra otro tanto y, una vez ascendidos a Segunda, no tengamos techo. Pero no funciona así la cosa. La cruda realidad es que el fútbol, como la vida, es caprichoso, y no tendría nada de particular que, tras este fenomenal inicio, nos acabara devolviendo a segunda b este mismo año si no andamos lo suficientemente listos. Conviene tenerlo en cuenta a la hora de formular determinadas sentencias.
Por el momento disfrutemos del liderato. A día de hoy, estamos en el mejor momento en la historia del Cartagena. Y eso tampoco hay que olvidarlo. El próximo sábado a por los 15000. Pásalo.