martes, 8 de septiembre de 2009

Voces del deporte

En las últimas horas he leído, atónito, acerca de la polémica que se ha suscitado entre el club y la emisora Solo Radio Marca, a raíz de que esta última, junto a Televisión Murciana, cadena del mismo grupo, no fuera convocada a la rueda de prensa del pasado viernes en la cual se anunció el patrocinio de las camisetas del Efesé por parte de la Fundación Teatro Romano de Cartagena.

Jamás he cruzado palabra ni conozco a los profesionales de la información Pablo Muñiz y José Manuel Cascales. Es más, no fue hasta hace unos días, alertado por los comentarios favorables de algunos amigos, que intenté sintonizar esta emisora a través de mi mp3, aquí en Alicante. Para mi sorpresa, me encontré con que la emisora no solamente se escuchaba bastante decentemente sino que, además, la actualidad del FC Cartagena, en la voz de estos dos periodistas, era abordada sin dobleces y con inusitado esmero para tratarse de una cadena de carácter regional. Sin embargo, siendo esto de mi agrado, lo que más me llamó la atención (y me llenó de alborozo, puesto que en la insurgencia, por desgracia, quedamos cada vez menos) fue su estilo directo, de carácter reivindicativo y nada condescendiente, al contrario que en otros diales, con los poderes públicos; tanto de la Región como, atención, de la propia ciudad de Cartagena.

Inmediatamente advertí que, con estos dos, a políticos y periodistas bizcochables les había salido un grano en el culo. Y razoné de este modo porque desde hace tiempo defiendo la teoría de que una radio de estas características tendría muy buena acogida entre una audiencia, la cartagenera, que además de ser numerosa (ahora más que nunca), lleva mucho tiempo huérfana de una información verdaderamente independiente y comprometida con el Efesé; con un estilo de periodismo que se ubique lejos del sometimiento a los poderosos, el revanchismo personal o la pura asepsia, a la que, en el mejor de los casos, estamos acostumbrados.

Precisamente por todo esto que explico, y volviendo al tema principal, resulta paradójico que el Cartagena haya patinado tan estrepitosamente en el asunto que nos ocupa; porque no parece demasiado sensato, metiéndonos en la piel del club, poner piedras en el camino de uno de los pocos medios que, por el momento (no sabemos qué ocurrirá más tarde) más y mejor está defendiendo tus intereses y los de tus aficionados. ¿Qué ha podido suceder?

Tal y como yo lo veo, y dando por sentado que fue el club quien convocó la rueda de prensa, sólo caben dos explicaciones al por qué no se avisó a Radio Marca: la primera, y más obvia (pero con cabida, solamente, en la cabeza de aquellos que aún conserven la ingenuidad de una alpargata), es que, dada la celeridad con la que sucedió todo, se trató de un simple error, en forma de extravío de un correo electrónico o similar, que acabó afectando únicamente, qué casualidad, a las voces (del deporte) más discrepantes con la labor del Ayuntamiento. De ser este el caso, el club debería haber emitido ya, a través de su jefatura de prensa, un comunicado aclarando lo ocurrido. Hasta el momento no lo ha hecho.

La segunda explicación es más inquietante pero, al mismo tiempo, es la más secundada por una parte de la afisión a la que, últimamente, no suele fallarle su proverbial olfato. Ésta vendría a decir que algún cargo político o similar, blanco habitual de los dardos de la emisora, habría dado algún tipo de consigna para que sus informadores no fueran invitados al evento. Lo peliagudo de esta teoría es que establece una premisa de connivencia entre el poder político y el propio club, dado que únicamente este último pudo eliminar a alguien de la convocatoria que él mismo se encargó de elaborar y enviar a los medios. Esta hipótesis deja el interrogante, además, de si todo esto ocurrió con la aquiescencia de un Paco Gómez interesado en el patrocinio a cualquier precio o, por el contrario, sucede que en el club hay gente que, de tapado, obedece los mandatos de algún despechado concejal.

La cuestión no es baladí y pienso que tanto la emisora como la propia afisión, deben exigir que se aclare cuanto antes lo sucedido. Conviene recordar, eso sí, que si finalmente se demuestra alguna suerte de conchabanza entre poderes públicos y FC Cartagena para perjudicar a una emisora libre, los reproches deberán dirigirse, entonces, no sólo hacia los políticos de turno, sino también hacia el propio club, corresponsable de lo sucedido y al que, por más que nos duela, criticando, en el fondo, le estaremos haciendo un gran favor.

En fin, de momento al programa Voces del Deporte esta publicidad le viene que ni pintada; yo no tengo más remedio que alegrarme por ello y alentar a sus locutores a continuar la senda que han emprendido. Lo único que les pido, eso sí, es que, por favor, reconsideren su decisión de no asistir a más ruedas de prensa del club mientras el mismo no aclare lo sucedido. Esta situación podría alargarse indefinidamente y, aunque entiendo su frustración, creo que, de persistir en su actitud, únicamente perjudicarían a sus oyentes. Enhorabuena y ánimo.


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