Estamos ante una oportunidad histórica de pelear por ascender a Primera División. Sí, ya lo sé, prudencia, partido a partido, esto es muy largo, el liderato es anecdótico, etc.
Pero no es el puesto que, circunstancialmente, ocupa el equipo, lo que invita al optimismo sino su forma de jugar. Perfectamente podríamos ir cuartos o quintos y el análisis sería el mismo: este equipo sabe a lo que juega, es aguerrido, solidario y comprometido. En su campo, el Cartagonova, y vista la dinámica actual, va a ser difícil doblegarlo teniendo en cuenta, además, lo enchufada que está la hinchada. Por lo tanto, cualquiera que entienda un poco de fútbol sabe ya, a estas alturas, que el Cartagena va a ser serio candidato a luchar por algo más que por mantener la categoría.
¿Por ascender? Es complicado, pero lo cierto es que la oportunidad está ahí. Equipos mucho más poderosos que el Cartagena darían lo que fuera por estar inmersos -el liderato es lo de menos- en la dinámica positiva en la que se encuentra el Efesé. Conseguir este momento dulce en el que nos encontramos es, pienso yo, lo más complicado que hay en el fútbol y, por lo tanto, tenemos que amortizarlo al máximo. En ello, quién lo iba a decir, nos puede ir la posibilidad de luchar por subir a Primera División.
Sé, como digo, que este tipo de reflexiones se salen del discurso políticamente correcto pero, del mismo modo que sería una estupidez pensar que nuestra obligación es ascender y venirse abajo por una derrota (pensamiento éste, que es el que se trata de evitar a toda costa con las consignas de humildad y lucha por permanencia) también lo sería no darse cuenta de que este equipo tiene los mimbres y el artesano necesarios para confeccionar, con ayuda de todos nosotros (afición, prensa, etc.) un cesto como nunca antes se había hecho en Cartagena. Además, si el Cartagena llega a Navidades en el grupo de cabeza, a tiro de los puestos de ascenso -algo que no sería disparatado- no me cabe la menor duda de que los futbolistas (y el propio Presidente, si hay que reforzar la plantilla), echarán el resto y se conjuraran para lograr pelear por el mismo.
La afición, por tanto, no debe desfallecer. Debe seguir apoyando como si fuéramos el más humilde entre los humildes; perdonando los errores en el campo y aplaudiendo a rabiar los aciertos, arropando, en definitiva, a este Cartagena que, nos está haciendo paladear los mejores momentos de nuestra historia.
El próximo sábado será el primer reto. Huele a partido trampa frente a un filial atípico (con muchos jugadores veteranos) en el que no contaremos con el factor sorpresa del ambiente y buen juego que sí descolocaron a rivales como Rayo y Castellón. El filial "groguet", al tratarse de un recien ascendido, como nosotros, ya cuenta con que en Segunda todos los rivales y todos los campos son difíciles, por lo que vendrán preparados para lo peor y será difícil cogerlos desprevenidos. Lo bueno es que su estrella, Cristóbal, fue expulsado el sábado pasado frente al Albacete y será baja en el Cartagonova. También lo será su entrenador, Juan Carlos Garrido, que tendrá que ver el partido desde una grada, esperemos, atestada de público.
Pero no es el puesto que, circunstancialmente, ocupa el equipo, lo que invita al optimismo sino su forma de jugar. Perfectamente podríamos ir cuartos o quintos y el análisis sería el mismo: este equipo sabe a lo que juega, es aguerrido, solidario y comprometido. En su campo, el Cartagonova, y vista la dinámica actual, va a ser difícil doblegarlo teniendo en cuenta, además, lo enchufada que está la hinchada. Por lo tanto, cualquiera que entienda un poco de fútbol sabe ya, a estas alturas, que el Cartagena va a ser serio candidato a luchar por algo más que por mantener la categoría.
¿Por ascender? Es complicado, pero lo cierto es que la oportunidad está ahí. Equipos mucho más poderosos que el Cartagena darían lo que fuera por estar inmersos -el liderato es lo de menos- en la dinámica positiva en la que se encuentra el Efesé. Conseguir este momento dulce en el que nos encontramos es, pienso yo, lo más complicado que hay en el fútbol y, por lo tanto, tenemos que amortizarlo al máximo. En ello, quién lo iba a decir, nos puede ir la posibilidad de luchar por subir a Primera División.
Sé, como digo, que este tipo de reflexiones se salen del discurso políticamente correcto pero, del mismo modo que sería una estupidez pensar que nuestra obligación es ascender y venirse abajo por una derrota (pensamiento éste, que es el que se trata de evitar a toda costa con las consignas de humildad y lucha por permanencia) también lo sería no darse cuenta de que este equipo tiene los mimbres y el artesano necesarios para confeccionar, con ayuda de todos nosotros (afición, prensa, etc.) un cesto como nunca antes se había hecho en Cartagena. Además, si el Cartagena llega a Navidades en el grupo de cabeza, a tiro de los puestos de ascenso -algo que no sería disparatado- no me cabe la menor duda de que los futbolistas (y el propio Presidente, si hay que reforzar la plantilla), echarán el resto y se conjuraran para lograr pelear por el mismo.
La afición, por tanto, no debe desfallecer. Debe seguir apoyando como si fuéramos el más humilde entre los humildes; perdonando los errores en el campo y aplaudiendo a rabiar los aciertos, arropando, en definitiva, a este Cartagena que, nos está haciendo paladear los mejores momentos de nuestra historia.
El próximo sábado será el primer reto. Huele a partido trampa frente a un filial atípico (con muchos jugadores veteranos) en el que no contaremos con el factor sorpresa del ambiente y buen juego que sí descolocaron a rivales como Rayo y Castellón. El filial "groguet", al tratarse de un recien ascendido, como nosotros, ya cuenta con que en Segunda todos los rivales y todos los campos son difíciles, por lo que vendrán preparados para lo peor y será difícil cogerlos desprevenidos. Lo bueno es que su estrella, Cristóbal, fue expulsado el sábado pasado frente al Albacete y será baja en el Cartagonova. También lo será su entrenador, Juan Carlos Garrido, que tendrá que ver el partido desde una grada, esperemos, atestada de público.